A
pesar de que no existe ningún caso reportado científicamente
de contagio de VIH paciente-dentista, dentista-paciente, existen
algunos casos anecdóticos a este respecto como son
el caso Acer y el caso de un médico que resultó
contagiado por cortarse con el bisturí, mientras operaba
a un paciente seropositivo.
Este último caso aparentemente se trata
del primer caso de seroconversión documentado en el
mundo como consecuencia de una herida con la hoja de bisturí,
esto sucedió en un hospital romano. Según esta
información menciona, los enfermeros y enfermeras son
el grupo laboral más expuesto a seroconversión
pues su riesgo es 40 veces mayor. Según la misma fuente,
de 1986 a 1994 han sido examinados 2342 exposiciones de profesionales
de la salud al VIH y han sido verificados a casos de infección.15
Con respecto al caso Acer recientemente se
ha puesto en duda si el odontólogo David Acer verdaderamente
contagió el VIH a seis de sus pacientes. Se argumenta
actualmente que el Centro de Control de Enfermedades de EUA
utilizó una técnica poco confiable en sus pruebas
para secuencia de DNA, además de que se ha sugerido
que alguno de los pacientes infectados pudieron haber mentido
acerca de sus antecedentes sexuales y otros factores de riesgo.
De tal manera que a la fecha no se conoce la vía real
de transmisión.16 Un estudio de 1,309 profesionales
dentales en los cuales el 94% tuvieron reportes de heridas
por punción y el 72% trataron con pacientes de alto
riesgo, mostraron que sólo 11 fue VIH-positivo, todos
asociados a otros factores de riesgo.6
Estos dos casos son ejemplos de cómo,
desgraciadamente, este tipo de información no científica
ha sido amplia y masivamente publicitada, con la consiguiente
desinformación que trae como consecuencia una mala
objetivización de la relación y manejo del paciente
VIH seropositivo-dentista.
Aunque la evidencia proveniente de prácticas
ocupacionales, familiares y sexuales muestran que el VIH no
se trasmite oralmente, muchos individuos continúan
expresando miedo acerca de contraer el virus oralmente.6 El
VIH es detectado en la saliva total en una frecuencia del
1 al 45% de los pacientes, seropositivos. Sin embargo el origen
del virus no puede ser determinado, ya que el virus puede
estar en células dentro de los fluidos bucales. Una
muy baja cantidad de virus (de una partícula infecciosa/ml),
fue encontrada en una muestra simple de saliva en un individuo
seropositivo. Recientemente, se han examinado muestras múltiples
de la saliva total en sujetos infectados con VIH. Usando la
reacción en cadena de polimerasa (PCR), la cual amplifica
porciones del genoma proviral VIH-1, pequeñas cantidades
de virus pueden ser detectadas. La PCR sin embargo, no determina
si el virus detectado está incompleto o infeccioso.
La secuencia de VIH proviral fue detectada inicialmente en
la saliva total de 10 de 20 pacientes probados. En otro experimento,
las muestras de dos de seis pacientes, fueron positivas, en
muestreo inicial. Muestreo repetido a los 60 días detectó
FDNA proviral de VIH en cada uno de los pacientes al mismo
tiempo y al menos en una muestra sencilla. Así la presencia
del virus en boca es análoga a la recuperación
sérica de VIH-1 donde la viremia es episódica.
En general el recobrar VIH-1 de secreciones orales es esporádico
y la concentración de virus cuando está presente
es bajo, por lo que a la fecha, aunque el VIH-1 puede ser
encontrado en la boca, la saliva y la boca no han sido implicados
en la transmisión oral.9
A pesar de lo anteriormente expresado, se
ha propuesto la posibilidad de contagio por vía oral
(saliva). Se ha propuesto como posibilidad teórica
la transmisión a través de mordeduras por personas
seropositivas. Sin embargo, la cantidad de inóculo
es mucho menor que por picadura de agujas, que en sí
misma es asociada con baja taza de seroconversión,
por lo que sugiere que aunque el riesgo potencial de infección
por VIH a través de mordeduras es biológicamente
posible, parece ser poco probable.17
Por otra parte, recientemente se ha propuesto
que los besos apasionados no pueden ser considerados como
un mecanismo de sexo seguro para la transmisión e infección
de VIH, definiendo los besos apasionados como un beso que
dura unos minutos, con frotamiento vigoroso de las mucosas
orales de las parejas. Piazza y col. proponen que ya que la
mucosa oral es muy frágil y el VIH puede seguir una
vía infectante semejante al virus de la hepatitis B.
La presencia de sangre en saliva, sugiere que existen microlesiones
en la mucosa oral. Para apoyar su hipótesis muestrearon
90 sujetos sanos, que formaban 45 parejas heterosexuales.
De cada sujeto se colectó saliva después de
cepillarse los dientes, antes y después de la comida
principal y antes y después de besos apasionados.18
A las muestras de saliva se les determinó
los niveles de hemoglobina. Los resultados muestran que la
hemoglobina, y por lo tanto de sangre, están normalmente
presentes en la saliva alrededor del 50% de los sujetos. Este
porcentaje se incrementa significativamente después
de cepillarse los dientes y después de besos apasionados,
pero no después de la comida inicial. Muestras de seis
parejas, que fueron negativas antes de besarse, fueron positivos
después de besarse. La presencia o incremento de la
cantidad de sangre en saliva después de besarse es
particularmente importante. Los autores concluyen que la sangre
en saliva indica la presencia de microlesiones en la mucosa
oral.
Durante el besarse, dos mucosas que pueden
ambas contener microlesiones, están en íntimo
contacto pudiendo la sangre pasar directamente de un sujeto
a otro. El intenso frotamiento que ocurre durante el beso
favorece este paso y si la sangre de uno de ellos está
infectada, el virus de la inmunodeficiencia puede pasar de
un sistema sanguíneo al otro. Los autores hacen notar
que el 14% de sus sujetos cepillaron sus dientes antes de
besarse, una actividad que, como sus resultados mostraron,
generalmente causa intenso sangrado.
Se concluye que la asociación de estos
factores: besar después de cepillarse los dientes,
besar repetidamente durante horas; tener una mucosa especialmente
frágil; pueden contribuir a riesgo de infección.18
La postura anterior ha sido soportada por
un reporte que muestra la transmisión e infección
de VIH de una mujer de 70 años infectada por la transfusión
sanguínea, a su esposo de 72 años con quien
no había tenido ningún tipo de relación
sexual excepto el besarse. Por lo anterior se sugiere que
la transmisión de VIH a través de la saliva
es un hecho biológicamente posible.19
Sin embargo la literatura muestra un rechazo
hacia esta posibilidad por lo siguiente:
1.- Aproximadamente 5 ml de saliva son intercambiados de una
pareja a otra durante el besar, por lo anterior 9 mg de hemoglobina
son transferidos, esta cantidad de sangre deberá contener
aproximadamente 600 leucocitos, de éstos cerca del
40% (240) serán linfocitos y cerca del 6% (36) serán
monocitos, los dos principales acarreadores hematológicos
de VIH. Ya que en individuos seropositivos únicamente
uno de 10,000 linfocitos está infectado, es poco probable
que alguno de los 240 lo sea. Quizá el 15% de los monocitos
pudiera estar infectado, lo que llevaría a un parámetro
muy exagerado que se transfieran cinco células infectadas.20
2.- Para causar enfermedad estas células
deberán sobrevivir a un medio ambiente VIH hostil de
la boca.20 La saliva por sí misma inhibe la infectividad
del VIH in vitro, esta actividad inhibitoria está presente
en la saliva total y en secreciones submandibular y sublingual.
Cuando la saliva es mezclada con el virus, la habilidad del
virus para infectar linfocitos está reducida a completamente
eliminada. Este factor inhibitorio específico en la
saliva no ha sido identificado, pero su actividad puede reducir
la infectividad de secreciones orales.9 Así, la habilidad
del VIH-1 para infectar linfocitos periféricos sanguíneos
puede ser completamente inhibida por incubación de
virus en saliva total no estimulada in vitro por una hora
a 37°, ésto es válido para las glándulas
salivales mayores, siendo la saliva submandibular más
potente que la parotidea, la cual mostró efectos variables.
A la fecha se ha sugerido que el tamaño del componente
antiviral puede medir 0.45 micras, sin embargo, no se ha podido
validar, por lo que se han propuesto algunos posibles candidatos
incluyendo proteasas y glicoproteínas salivales, las
cuales poseen actividad antimicrobiana o, representar un factor
no descrito.9,21
3.- Aparte de sobrevivir, las células
infectadas deberán localizar las lesiones mucosas microscópicas,
penetrar en ellas y ejecutar sus trazos o vías patogénicas.
4.- Es poco probable que en un sujeto sano
el cepillado dental produzca intenso sangrado.20
5.- Es muy difícil definir científicamente
los parámetros de un beso apasionado.
6.- El riesgo de transmisión de VIH
a través de pequeñas cantidades de sangre por
vía parenteral directa es muy bajo, pudiera asumirse
que existe un muy bajo riesgo de microsangrados de la mucosa
oral, ya que la cantidad de sangre pudiera no únicamente
ser pequeña sino además estar diluida, aparte
que se requiere un largo tiempo para entrar a la microlesión
y para iniciar la infección. Aún si el sangrado
ocurriese, la saliva es rápidamente deglutida y removidas
la células VIH positivas de las microlesiones orales.
7.- La muy baja frecuencia de transmisión
de VIH por sexo oral, con la cual pudiera asumirse un riesgo
mayor de infección, ya que la exposición de
la mucosa a semen durante el sexo oral es mucho mayor que
de microsangrados durante el besar, por el gran volumen viral
almacenado en el semen. A pesar de que el contacto orogenital
es una causa rara de transmisión de VIH, el riesgo
exacto es difícil de determinar ya que no se puede
cuantificar el contacto, que es acompañado por otras
prácticas sexuales.6 El hecho de que el sexo oral no
haya sido propuesto como un modo principal de transmisión
sugiere fuertemente que las defensas naturales del huésped,
son suficientes para proteger contra el riesgo teórico
de infección a través del besar. A pesar de
que el contacto orogenital es una causa rara de transmisión
de VIH, el riesgo exacto es difícil de determinar ya
que no se puede cuantificar el contacto, que es acompañado
por otras prácticas sexuales.6
Recomendaciones de control de infecciones en el manejo dental
para pacientes VIH-seropositivos
En los consultorios dentales el riesgo de
infecciones virales es un problema permanente para todo el
personal odontológico; dentistas, higienistas dentales,
asistentes dentales así como técnicos dentales.
No únicamente los dentistas, higienistas dentales y
auxiliares dentales deben de tener un programa de control
de infecciones sino también los técnicos dentales.
Para los técnicos dentales la desinfección de
las impresiones y materiales de registro, pueden reducir dramáticamente
la posibilidad de transmisión viral. Los materiales
de impresión han sido considerados como un acarreador
de infecciones virales, ya que un virus en saliva-sangre o
virus en otros exudados, pueden adherirse a ellos.8 Así
se ha demostrado que el hipoclorito de sodio, no produce cambios
dimensionales en el silicón, mientras que el glutaraldehido
produjo ligeros cambios dimensionales. Por otra parte, se
probó alginatos y hules sumergidos en glutaraldehido
o hipoclorito de sodio por 60 minutos, el porcentaje de cambio
dimensional es de 0.1% lo cual es aceptable para el hule,
el alginato presentó un cambio dimensional de 0.15%
lo cual también es aceptable. Por lo que se recomienda
60 minutos en hipoclorito de sodio para silicones y para hidrocoloides
irreversibles 60 minutos en glutaraldehido al 2%.22
Para una revisión de las recomendaciones
actuales para control de infecciones en el consultorio dental
se sugiere consultar el Manual de Infecciones23 y the significance
of AIDS to dentists and dental practice.24
Fuente:
Revista ADM 1996; Volumen LIII (3): 139-144
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