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ARTICULADOR SEMIAJUSTABLE

A lo largo de la historia han ido apareciendo numerosos articuladores cuya creación se ha visto motivada por la evolución conceptual de la prótesis, al entenderse ésta en su vertiente rehabilitadora de una parte mutilada del organismo y no como simple reponedora de piezas perdidas.
El primero fue ideado por Gairot en 1805 al enfrentar los modelos superior e inferior entre sí fijándolos con una llave de escayola que permitía su separación. Evans en 1840 y posteriormente Bonwill en 1958 crearon los primeros articuladores multiposicionales capaces de efectuar movimientos de lateralidad. En este sentido la principal aportación de Bonwill fue describir un triángulo equilátero entre los cóndilos mandibulares y el punto interincisivo inferior. Desde entonces y hasta llegar al modelo más sofisticado y actual que incluye programas informatizados, se han ido comercializando distintos prototipos en función del continuo avance en los conocimientos anatomofisiológicos del complejo estomatognático.

Concepto

El articulador se define como “un aparato mecánico que representa las articulaciones temporomandibulares y componentes de los maxilares al que pueden incorporarse modelos del maxilar y de la mandíbula para simular su movimiento.
Los articuladores recrean, aunque no duplican, todos los movimientos mandibulares bordeantes, de modo que su función primaria es actuar como si fuera un paciente en ausencia del mismo, reproduciendo la dinámica mandibular a nivel condíleo y su relación con las arcadas dentarias y el macizo cráneo-facial.
A pesar de que se ha dicho con frecuencia que “la boca del paciente es el mejor articulador”, estos dispositivos mecánicos ofrecen muchas ventajas sobre la boca para el desarrollo de la oclusión, entre otras:
— Los modelos bien montados permiten ser observados desde las caras linguales y con ello detectar posibles interferencias oclusales que en boca serían difíciles de identificar.
— La cooperación del paciente deja de ser un factor crítico una vez obtenidos los registros requeridos para programar el articulador.
— Se evita la molestia que supone la saliva, lengua y carrillos del paciente, lo que simplifica los procedimientos de diagnóstico (incluyendo los encerados), planificación y ajuste oclusal.
— En prótesis fija permiten una correcta reconstrucción de las superficies oclusales; en prótesis parcial removible son útiles para un correcto montaje de dientes artificiales y en prótesis completa su uso es imprescindible para conseguir una oclusión balanceada bilateral.
Los requisitos mínimos que se exigen a un articulador son los siguientes:
— Debe conservar con precisión la relación horizontal y vertical de los modelos del paciente, lo que conlleva la necesidad de que el articulador cuente con un dispositivo de fijación de relación céntrica.
— Los modelos del paciente podrán además retirarse con facilidad y colocarse sobre el articulador sin perder dicha relación correcta horizontal y vertical.
— El articulador tendrá un vástago para la guía incisal con un torque positivo que pueda ajustarse y calibrarse. Esto permite al dentista y al técnico del laboratorio controlar la dimensión vertical del paciente.
— Permitirá hacer coincidir su eje de apertura-cierre con el eje de bisagra terminal y reproducir los movimientos bordeantes mandibulares.
— Debe aceptar la transferencia de un arco facial utilizando un punto de referencia anterior. Esto hará posible introducir cambios menores en la dimensión vertical del paciente sin apenas modificar la posición de céntrica. Además, la transferencia del punto de referencia anterior facilita la disposición del grupo incisivo con la inclinación vestíbulo-lingual deseada.

Capacidad de ajuste

Los articuladores se clasifican también en función de su grado de ajustabilidad, es decir, de la posibilidad de regularlos según los parámetros individuales del paciente. Se dividen así en no ajustables y ajustables, subdividiéndose estos últimos a su vez en semiajustables y totalmente ajustables.Este tipo de articuladores permite individualizar algunos parámetros guía. Utilizando un arco facial anatómico definido, es posible correlacionar la orientación espacial del modelo superior respecto a un plano craneal de referencia, por ejemplo, el plano del eje orbitario. Para programar la inclinación condilar horizontal y el ángulo de Bennett se emplean registros en cera de protrusión y lateralidad mandibulares.
Esta sistemática tiene un límite, ya que toma como referencia un punto de partida que viene facilitado por el registro de la posición más retruida no forzada, habitualmente denominada “cera en céntrica”, y puntos de llegada, representados por la posición borde a borde de los dientes guía antagonistas, ya sea en protrusión o lateralidad. De este modo los controles del articulador se ajustan según trayectos rectilíneos, mientras que en el paciente el desplazamiento realizado por el cóndilo en la cavidad glenoidea es curvo, teniendo en cuenta la estructura anatómica de esta última. Obviamente, siempre es posible programar en valores promedio .

Indicaciones de un articulador semiajustable
— Diagnóstico y análisis oclusal.
— Tallado selectivo
— Encerados de estudio.
— Confección de prótesis completa.
— Confección de prótesis parcial removible.
— Confección de prótesis fija.
— Confección de prótesis mixta.
— Confección de prótesis sobre implantes.
— Remontaje y ajuste oclusal

Articuladores no ajustables
Son posicionadores de guías fijas que pueden efectuar movimientos siguiendo inclinaciones predeterminadas y no modificables, que se corresponden con valores promedio y estadísticamente representativos de la mayor parte de la población; como son la guía condílea de 40º y el ángulo de Bennett de 15º para la realización de prótesis completa y 25º/10º para prótesis fija. En cambio sí permiten regular la altura del puntero incisal.
Estos articuladores admiten la transferencia de un arco facial y su uso se limita a la reconstrucción de prótesis fijas no muy extensas, que deberán ser equilibradas de forma adecuada, tras su colocación en boca. También pueden utilizarse en prótesis parcial removible dentosoportada o dentomucosoportada, en aquellos casos en que esté indicada la máxima intercuspidación, que ésta sea estable y no exista patología funcional.
Dentro de este grupo de articuladores podrían incluirse los oclusores o charnelas, que simplemente posicionan los modelos en máxima intercuspidación sin tener en cuenta el factor condilar y sólo permiten movimientos de apertura-cierre que ni siquiera reproducen con exactitud los trayectos que siguen los dientes del paciente, puesto que la distancia de las cúspides a los cóndilos no se transfiere. Únicamente pueden reproducir la posición de máxima intercuspidación sin registro de cera intermedio. El resto de las posiciones y movimientos no se corresponden con los reales del paciente.

Articuladores Totalmente Ajustables
Estos articuladores ofrecen la posibilidad de modificar varios parámetros, como: la inclinación condilar horizontal, la guía incisiva, la distancia intercondílea y el ángulo de Bennett. Además se puede ajustar el articulador intercambiando las cavidades condíleas o utilizando las inserciones curvas oportunas, para reproducir de forma mucho más exacta el trayecto funcional. Para la programación de este tipo de articuladores se utilizan arcos faciales cinemáticos, axiógrafo y pantógrafo, por medio de los cuales obtendremos la posición del eje de bisagra, y el registro sobre papel milimetrado de los desplazamientos funcionales de los cóndilos (Pesina 1995).
Los articuladores Denar y Stuart figuran entre los totalmente ajustables.
En la práctica general no se precisa el uso de estos articuladores. Requieren mucho tiempo para su empleo y ajuste, y un alto nivel de habilidad y comprensión tanto por parte del clínico como del técnico. Su principal indicación es la investigación sobre oclusión y aspectos protésicos .

Sistemática general en el manejo del articulador
1. Verificación de la posición de partida del articulador (situación de la rama horizontal, el pin incisal a cero, graduación condilar estándar…).
2. Registro del arco facial y montaje del modelo maxilar en el articulador.
3. Montaje del modelo inferior en relación con el modelo maxilar, mediante el registro de las ceras en céntrica o máxima intercuspidación.
4. Programación del articulador a partir de registros protrusivos y laterales del paciente, con individualización de la trayectoria condilar y el ángulo de Bennett.

Elección del tipo de articulador
La elección del modelo de articulador en cada caso depende de una serie de factores, como la habilidad del clínico, el conocimiento de las limitaciones del sistema del articulador, la magnitud de las intervenciones de restauración planificadas y la identificación de los principales determinantes de la oclusión del paciente (relación céntrica, máxima intercuspidación, guía anterior, dimensión vertical, plano oclusal.
Por lo general los articuladores más empleados son los semiajustables con arco facial anatómico.
A continuación, expondremos una sistemática del empleo del articulador semiajustable referida fundamentalmente a la prótesis completa, situación terapéutica esta en la que el instrumento ofrece sus mayores posibilidades.
Describiremos la sistemática en el texto con la articulación de los modelos mediante planchas y rodillos, en las imágenes sin embargo emplearemos modelos dentados para completar la explicación.
Registro y transferencia de la relación cráneo-maxilar

La transferencia de la relación cráneo-maxilar consiste en tomar una serie de puntos y planos de la cara del paciente mediante el arco facial, de modo que pueda transferirse craneométricamente al articulador el modelo superior con relación a esos puntos y planos. De este modo se logrará reproducir fielmente la posición del plano oclusal de los modelos del paciente en el articulador, relacionando estos modelos con los puntos y planos de referencia comunes que existen en la cara del paciente y el articulador.

FUENTE : www.gacetadental.com

La información proporcionada en este sitio está dirigida a complementar, no a reemplazar, la relación que existe entre un paciente o visitante y su médico actual.

 

 

 

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